LA TÍA MANOLI

La tía Manoli es esa tía soltera que toda familia necesita.

Cuando estás cerca de la tía Manoli no te sientes observada. Sabes a ciencia cierta que te están escudriñando desde la punta del pie hasta el último pelo de la cabeza. La tía Manoli te examina sin disimulo, acercándose todo lo que puede y si no le queda claro que tu chaqueta sea de algodón o poliéster, toca la tela, busca la etiqueta…

La tía Manoli no espera a ser invitada, se invita sola no vaya a ser que a alguien se le olvide que ella quiere estar allí donde todos estamos. La tía Manoli sale en todas las fotos.

La tía Manoli no es tacaña, es que no se ha enterado de que hay una cosa que se llama inflación y, además, es que se hace un lío con esto de los euros. A sus sobrinos, que ya peinan canas, les sigue danto “propinillas” de cinco euros o diez si es Navidad.

Todos hemos recibido regalos de la tía Manoli aunque no todos conservamos los regalos de la tía Manoli: una postal con el significado de tu nombre, un misal para niños, un bolígrafo raro, una carterita de plástico.

La tía Manoli va a misa todos los días y se sabe la vida de todos los curas del pueblo.

Bueno, se sabe la vida de todos los que viven el pueblo.

La tía Manoli es llorona, muy llorona. Llora en las bodas y en los bautizos y llora cuando se acuerda de sus padres que murieron hace más de veinte años. La verdad es que la tía Manoli llora mejor las penas que las alegrías.

La tía Manoli es muy cumplida. Te pregunta por ti y por tu familia. Se acuerda de todos y de lo que les ha pasado a todos y cada uno de ellos. Tiene muy buena memoria la tía Manoli.

Ayer fuimos a ver a la tía Manoli. La vida nos ha tenido ocupados en algunas penas y no la hemos hecho mucho caso últimamente. El coronavirus también ha ayudado.

¡Qué contenta se puso la tía Manoli! La tía Manoli ya no llora, ahora canta. Y también sonríe, sonríe muchísimo. Y repite las cosas muchas veces, muchísimas.

La tía Manoli se acordaba de todos los que fuimos, pero no se acordó de los que no fueron.

Su sobrino Manolo no fue, pero no preguntó por él. Mucho mejor, Manolo murió, pero no se lo vamos a decir. Queremos que la tía Manoli siga sonriendo. Se le da mucho mejor que llorar.

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1 Comment

  • Me ha encantado, lo he leído tres veces y….. la última en voz alta. Que bonito escribes y que gusto poder leerte otra vez. Sigue y no pares por favor.

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