Reflexiones

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Si ayer pasasteis por aquí os daríais cuenta de que no hubo post. El lunes por la noche, después de cumplir con todas las tareas que mi rol de madre y ama de casa me tiene asignadas, me senté frente al ordenador, lo encendí, entré en la página de Facebook para cotillear vuestros comentarios y, de repente, me traspuse. Es decir, por un momento, me quedé dormida encima del teclado.

Y al despertarme vi la luz -sin resplandor ni nada, solo luz-, comprendí que había llegado el momento, sin ningún genero de dudas, de irme a dormir. Creo que fue la primera vez en muchos meses, por no decir años, que me iba a la cama antes de las once de la noche.

¡Una maravilla! El martes me levanté más fresca que una lechuga. Cuando uno duerme más de cinco horas seguidas ve la vida de otra manera. Sin que llegara a sonar ningún despertador me levanté la primera de la casa -siempre soy la última en abrir el ojo- y con una sonrisa de oreja a oreja. A las siete de la mañana ya estaba comprando zapatos en Vente-Priveé y poco después desayunando con mis retoños quienes, tal era el fenómeno que estaban contemplando, no daban crédito.

Cuando, a la reunión familiar, se nos unió el SQVEMCYEEPDMH le dije: «cariño, me tengo que replantear esto del blog, dormir más de siete horas seguidas es una pasada».

A lo que él me respondió: «Tía –él me trata con mucha confianza– ya te lo he dicho muchas veces, te enrollas demasiado, no escribas tanto y pon más fotos»

«Amor mío -yo también le trato con confianza pero con mucho más cariño- no te voy a repetir lo que tantas veces te he dicho: hay razones muy poderosas para que mi blog no sea un foto-blog. Te voy a poner un ejercicio muy sencillo para que lo puedas resolver: entra en estos tres enlaces, mira su contenido con detenimiento y después escribe una pequeña redacción explicando los motivos por los que es mucho mejor que tu esposa, a la que adoras, se dedique a escribir y no ha hacer fotos».

MARAVILLOSO

PRECIOSO

ESTO ES LO QUE HAY