The Invisible Woman

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El jueves pasado la revista Telva organizó una fiesta para celebrar sus doscientos mil seguidores en Twitter. Además de a las 30 ganadoras de un concurso organizado a tal fin, la revista invitó a un nutrido grupo de bloggers de moda y belleza entre las que, sorprendentemente, se encontraba la que os escribe.

Tras recibir la invitación, y al igual que mis hijos son capaces de pasar de la risa al llanto en un instante, pasé de la ilusión a la preocupación en cuestión de un segundo. ¿La razón? la siguiente frase escrita en la invitación y que mi mente todavía no ha podido olvidar:

» Dress code: ¿Qué me pongo? ¡Escoge muy bien tu look! Las cazatendencias de TELVA realizarán un street style durante la fiesta y seleccionarán los estilismos más trendy».

Después de averiguar qué significaba eso del Dress Code mi preocupación se intensificó aún más. No es que yo tuviera el más mínimo interés en que las «cazatendencias» se fijaran en mi look, pero tampoco tenía el más mínimo interés en hacer el ridículo llevando un «look» fuera de lugar.

Así que empecé a preguntar a unas y otras y a emplear mis horas de asueto en revisar mi armario para llegar a la conclusión de que, dentro de él, no había nada que pudiera ser lucido en un evento de tal magnitud.

Resignada, y aprovechando algunos de los descuentos que ya hay en algunas tiendas, decidí que no me quedaba más remedio que salir de compras.

Mi primera intrusión la hice en Cortefiel ya que es de las pocas tiendas decentes que no está a más de 15 kilómetros de mi casa. Allí encontré un blusón que me pareció más o menos apropiado para la ocasión y cuyos colores se pueden calificar de muchas maneras pero nunca de discretos. A las «cazatendencias» no les quedaría más remedio que verme.

Después busqué unos pantalones ad-hoc. El color elegido fue el fucsia. En el mismo sitio encontré unos un pelín cortos -lease tobilleros o piratas- que no me parecieron muy apropiados pero que adquirí no fuera a ser que no encontrara otros mejores.

Después de mucho buscar por varios sitios, hallé unos vaqueros pitillo que presentaban un gravísimo problema: el diseñador se debió confundir y la cintura me quedaba unos 10 o 15 cm. por debajo del ombligo. ¡Incomodísimos! Pero, como no había otra cosa, comprendí que tendría que sufrir en aras de la moda.

A los pies decidí no dedicarles ni un euro más y opté por unas Pretty Ballerinas de oferta que compré el año pasado. La verdad es que no son muy fashion pero ¡son Pretty Ballerinas! Y eso tiene que valer algún punto ¿no?

Llegado el día de la fiesta me desperté con la idea de que algo fallaba y con la sensación de que debería haber puesto un poquito más de interés en mi atuendo. Así que, con el fin de tranquilizar mi conciencia, después del trabajo y antes de ir a recoger a los niños al cole,  hice una última excursión consumista que, esta vez sí, dio sus frutos.

Encontré unos pantalones con la cintura a la altura de la cintura y de uno de esos colores que, bajo la denominación de «tonos flúor» -los que yo no dudo en denominar «tono de rotulador fluorescente de los de subrayar de toda la vida»-, tanto se llevan este año. Otras denominaciones que se pueden utilizar para referirnos a tan «fashion colors» son: «el estilo fosforito» -del que reniega Pili, twittera, bloguera y madre de familia numerosa a quien podéis conocer mejor visitando su blog El Cuaderno de Pili– o «el estilo Stabilo» acuñado por el gurú de la moda y la belleza, Arturo Gil autor de los blogs Sadofashionista y Cazado por la Tendencia.

Desgraciadamente no había pantalones fosforito de mi talla por lo que tuve que traerme a casa unos un poquito mas grandes de lo necesario. Solucioné el inconveniente con el consabido imperdible «reduce-cinturillas».

Y, ya metida en la orgía consumista, entré en un sitio cuyo nombre no os voy decir -porque me gustaría que me volvieran a invitar a alguna otra fiesta fashion- y me compré unas cuñas -alpargatas de toda la vida- con un un tacón del que todavía me estoy acordando.

Ya satisfecha con la indumentaria decidí tirar la casa por la ventana e ir a la peluquería. No solo eso, hasta me pinté las uñas de los dedos de los pies que mis nuevas «cuñas» iban a dejar al descubierto: 6 en total, tres por cada pie.

El resultado de tantos desvelos fue éste (os dejo la foto en pequeñito para que no me saquéis muchos peros):

Telva

A la hora convenida me presenté en el sitio acordado en el que había quedado con mi amiga Ana «la radiante«. Realmente Telva sabe hacer las cosas: buen ambiente, catering estupendo, manicura por cortesía de Essie, bloggers de reconocido prestigio, la plana mayor de la revista -directora incluida-… En fin, lo que viene siento un fiestón.

Pude charlar un ratito con Estefanía Dos Tacones, siempre divina; con Paula Peeptoes quien habla o posa pero las dos cosas a la vez no -me he aprendido la lección-; con algunas lectoras de Compritas -lo que siempre es una alegría- y; hasta con Olga, la directora de Telva quien, al decirle el nombre de mi blog, comentó: «tú tienes muchas seguidoras». A lo que yo respondí sin pestañear ¡las mejores!

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El viernes por la mañana entré en la web de Telva con la única finalidad de buscar las fotos del evento para enviar el enlace a mis amigas y ex-amigas. Ya sabéis, el típico correo sin importancia: «Hola, solo te escribo para saber qué tal estás. Un beso. Por cierto, ayer estuve en una fiesta de Telva, si quieres echar un vistazo las fotos están en la web de la revista. No hace falta que busques, las ves nada más entrar».

Pues no, no se ven. Bueno, las fotos sí se ven, a la que no se ve por ninguna parte es a mí. Parece ser que, sin yo saberlo, he desarrollado poderes sobre-naturales y me he convertido en La Mujer Invisible.

Y es que,  a no ser que el fotógrafo tuviera un defecto de visión que le impidiera visualizar los tonos fosforitos, Pili dixit, de mi indumentaria, no encuentro ninguna otra razón que explique que en las más de 200 fotos -vídeo incluido- que Telva ha publicado en su web no aparezca ni una imagen de esta humilde bloguera. ¡Hay que fastidiarse!

Reconozco que estas cosas sino duelen, por lo menos molestan un poco y es que ¡le había puesto tanta ilusión, tiempo y dinero al asunto…!

En fin, como la única prueba decente que tengo de que fui una de las bloggers invitadas es ésta…

Telva

…con el fin de que mis amigas me crean, y vosotras también, llevo todo el fin de semana tratando de averiguar a quien me tengo que dirigir para solicitar un certificado de asistencia que acredite que YO TAMBIÉN ESTUVE ALLÍ.

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13 Comments

  • Ibas estupenda! Ya leí en twitter tu decepción (te contestaron desde Telva, no?). De todos modos, ninguna de tus seguidoras dudamos de tu asistencia y te agradecemos estas crónicas hechas con tanto humor ;))

  • María, no necesitamos que nos saquen! y eso que con tus pantalones flúor, mira que era difícil pasar inadvertidas, jaaaa, pero da igual! si no eres una «top trendy», en estos sitios, ya sabes… no pintas nada. Aunque tú tengas millones de seguidoras más, (Y DE CALIDAD!!!) que muchas de las fotografiadas.

    En fin, lo importante es que pasamos un buen rato!
    Besos y gracias por invitarme a acompañarte!

  • ja,ja me rio contigo que no de ti, y es que a mi me hubiese pasado lo mismo, pero no lo hubiese contado igual de bien que tu ni de broma!!! pero la experiencia valió la pena verdad?? pues quedate con eso
    besos fuertes

  • pero vamos a ver maria… y tu camara??? yo cuando lo lei en twitter flipe… y esa maravillosa blackberry??? no hace fotos?? pa matarte.. de todas formas yo vi una foto en twitter que salias tu haciendote las uñas y con el movil en la mano jajjaa asi que cogela y a la que no se lo crea se la enseñas jajjaja besos gordos desde leon

  • Pués estabas, a mi gusto, mucho más mona que otras» top trendy » Me encantó tu modelo, María!… nosotras seguiremos contigo cada día. Animo y muchos besos

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