El futuro de Compritas para los Peques como blog de moda infantil está en el aire, nos estamos quedando sin musa…
Este año, como ya lo hiciera el año pasado, mi hija ha vuelto a ir 15 días al campamento de Jaén. Yo no estaba muy convencida pues todavía tengo sentimiento de culpa después de que el año pasado, justo cuando ella estaba allí, Roberto Brasero nos contara, un día sí y otro también, que Jaén estaba soportando las temperaturas más altas de los últimos años. Pero como la niña insistió, y nosotros somos unos padres fáciles de convencer – y la idea de dejar de ser familia numerosa por unos días era bastante tentadora – allá que se fue.
No os he querido aburrir con los preparativos porque ya lo hice el año pasado (lo podéis leer AQUÍ) y han sido, más o menos, similares: calcetines a punta pala; braguitas de colores a gogó (ojos que no ven…); camisetas anti-glamour; etc., etc… Sin embargo, este año ha habido una sustancial novedad. Mientras estábamos preparando la maleta, la niña me dijo, «mamá, vamos a poner algún vestido para ir a misa el domingo». «¿Perdón?». «Sí mamá, es que todas las niñas lo llevaban el año pasado».
Y claro, como lo último que yo quiero es que mi hija sea una niña estigmatizada, excluida, marginada… pues tiré de fondo de armario y metí en la maleta, bien dobladito, un vestido vaquero de Zara del año pasado. Para el verano que viene ya he encargado uno de Lio-Lio aunque no para ir al campamento precisamente, pero esa es otra historia que ya os contaré…
Bueno, pues el día uno, mientras que yo cogía el tren para ir a Fimi, mi niña -perfectamente equipada- cogía el autobús caminito de Jaén.
Ocho días después, el resto de la familia emprendíamos un eterno viaje con el fin de compartir unas horas de reencuentro con la primogénita. La idea era llegar al campamento un poco antes de que comenzara la misa dominical -en la que luciríamos el vestido vaquero escogido para la ocasión- pero no fue así. En esta familia tenemos la costumbre de no salir nunca de viaje a la hora prevista. Es decir, si le decimos a la abuela de Don Benito que comeremos en casa y llegaremos a su casa a la hora de la merienda, lo que hacemos es merendar en casa y llegar a Don Benito a la hora de la cena. Si le decimos al abuelo de Burgos que tomaremos algo en el camino pero que comeremos con él, lo que hacemos es comer en el camino y merendar en Burgos. Una tradición familiar como otra cualquiera.
En fin, que llegamos al campamento justo cuando el sacerdote -viejo amigo de la familia- terminaba la homilia que fue, según nos cuentan los que la «padecieron», intensa… Cuando llegó el momento de las peticiones una fila de niños subió al altar. La primera niña que pidió por todos los allí presentes lucía, ¡qué casualidad!, un vestido idéntico al que yo había metido en la maleta de mi hija. «Es lo que tiene ir de Amancio» me dije yo a mí misma, «simpre habrá alguien con el mismo modelo que el tuyo».
Después de otros dos niños, que pidieron por la paz en el mundo y por nuestros gobernantes -falta nos hace- respectivamente, le tocó el turno a la niña de mis ojos. No os puedo decir cual fue el objeto de su ruego pues mis seis sentidos -soy mujer y tengo seis- se centraron en la indumentaria de «la retoña» que os describo a continuación: camiseta de tirantes roja cinco o seis tallas superior a la suya; falda larga-larguísima blanca con estrellitas de diversos colores -uno de ellos el rojo, gracias a Dios-; pulsera en el tobillo hecha, creo yo, con cuerda de las que usan los escaladores -nunca más diré nada de las pulseras tobilleras de Doña Cayetana-; uñas pintadas de uno tono entre naranja y… yo que sé; una especie de coleta de caballo en la que quedaban cuatro pelos porque todos los demás estaban fuera del coletero -dudo mucho que alguna vez hubieran estado dentro pues le corté el pelo justo antes de ir al campamento-; no me preguntéis por los zapatos, ya no pude mirar más.
Desde su posición de protagonista -donde todo el mundo, por supuesto, podía verla- la niña me miró y me sonrió. Yo, haciendo gala de una capacidad de auto-control y de un amor materno sin igual, también le sonreí, ¡qué podía hacer!.
En la foto que os enseño se aprecía que la camiseta, efectivamente, era enorme. Sin embargo, mi muy apañada hija, solucionó el problema con estos «estilosos» nudos.
Pero ahí no queda la cosa. Tras la misa nos sentamos a tomar las correspondientes fantas y coca-colas lights y ahí es cuando me doy cuenta de que el tema es más grave de lo que parecía. «Bueno, cariño, ¿qué tal el campamento?, ¿tienes ya muchas amigas?, ¿qué tal la comida?…» A lo que me responde:
«Osea mamá, ¿me entiendes?, pues eso, ¿sabes? Osea».
A ella le dije, «si cariño, claro que lo entiendo, ¡cómo me alegra que estés tan contenta!», pero a vosotras os digo la verdad, «no entiendo nada… no sé nada… y ¿mi niña?, ¿dónde está mi niña?. Y ¿por qué, desde ese fatídico día, ya no soy «mamá» sino «osea-mamá»?
El resto del día transcurrió con más o menos tranquilidad gracias, eso sí, a que conseguí hacer abstracción de lo visto y oído. Tras las fantas nos fuímos a comer al restaurante que está enfrente del campamento. En la mesa de al lado comía una familia con una niña que llevaba un monísimo vestido de Zara en cuya etiqueta se podía leer, con todas sus letras, el nombre y apellido de mi hija.
¿Y ahora, qué? es la pregunta que me hago y que todas deberiáis haceros? ¿Dejo ir a mi hija al campamento el año que viene?, ¿Hablamos con Larrana, Villalobos, Lio-Lio, etc. para ver si se animan a lanzar una «Camp Collection»?, ¿Tiramos la toalla?
Aunque sumergida en estas dudas, miro y remiro ropa, colecciones, tiendas… con la esperanza de que mi hija vuelva a ser la que siempre fue… La tarea es difícil porque no hay muchas firmas que han ropa, de la que a mí me gusta, de su talla. Sin embargo, parece que he encontrado una pequeña luz al final del túnel.
Se trata de una firma de venta online que tiene ropa, fundamentalmente, hasta los 6 u 8 años pero que, afortunadamente, confecciona hasta la talla 12 algunos modelos «muy apropiados» para niñas en transición. Os dejo tres fotos y ya me diréis -si queréis, claro- qué os parecen.
La tienda se llama Min&Me y éste es el enlace:
¿ESTÁ TODO ESTÁ PERDIDO? PARECE SER QUE SÍ. Lo primero que me dijo María cuando bajó del autobús que le traía de regreso tras el campamento fue, «mamá, ¿puedo pedir una plancha para el pelo a los Reyes Magos?
O A LO MEJOR NO… Ayer por la tarde llevé a los niños a ver Cars 2 pues el Mindu es el presidente del club de fans de Rayo y ¿quién creéis que se agarraba a mi brazo toda nerviosa cuando los malos perseguían a Mate? Sí, sí y sí: la niña de mis ojos.
Ummmm….! Qué difícil lo vamos a tener para vestir «decentemente» a las niñas de nuestros ojos.
Me ha encantado…
Madre mía de mi vida..!!!! te tuvo que dar un pseudo – infarto!!! jajajajajaja. Se les deja un rato de echar el ojo y sacan los pies del plato de momento!!!!.
Es que se te está haciendo mayor…por días.
Lo de la plancha del pelo, el remate.
Menos mal que siempre hay momentos en los que retoman su veradera edad y nos hacen creer (aunque sea sólo durante unos minutos) que todo sigue «controlado» 😀
Muchos besitos…y kilos de paciencia!!!
Ayyyyyyyyyyyy Marieta….como te entiendo……mi primogénito ha pasado de no quejarse al ir vestido igual que sus 5 hermanos pequeños….a peinarse con una «cresta» (esto me obligó a pasarlo por la máquina y con la excusa del calor dejarle el pelo al 2) y a que las bermudas que normalmente le quedaban por encima de la rodilla por arte de magia llegan a mitad de la pantorrilla…..y si levantas el polo o la camisa te encuentras con los boxer….de Neck&Neck….si por lo menos fueran de Calvin Klein….;-) Besossssssssssssssssssssssssssssssssssssss
Te leo desde hace un año y pico, pero es la primera vez que comento algo, el post de hoy me ha encantado.
Un beso
Buenos días amiga…¡me ha dado para tomarme el café enterito!,y prometo que no era en taza pequeña,así me gusta,pero eso de que nos llegue para dos días ya no me gusta tanto….
Vamos al tema,hablo como madre experimentada de adolescente de 12 años,je,je…como he leído por ahí estos días,»algo queda»…el hecho de que después de centrar nuestra existencia en que nuestros retoños tengan la indumentaria perfecta en cada uno de sus movimientos(perfecta en cuanto diseño,combinación de colores y si puede ser además-no indispensable-a buen precio),lleva a que después de una época de crisis y negación,donde te dicen que lo más bonito y lo más se vende el ¿bershka?,te pidan por favor si para la graduación de Primaria le compras un modelito de Larrana monísimo que ha visto por internet…En ese momento me doy cuenta de que tan mal no lo he debido de hacer,y que todo vuelve algún día a su sitio…
Ánimo y besos(congelados,he tenido que sacar el forro polar)
dicen que hay un antes y un después en las niñas cuando hacen la comunión y parece que se cumple la predicción… «ellas» maduran antes , así que ármate de paciencia…
yo creo que lo vas a hacer estupendamente en tu papel de madre-de-niña-moderna!!!!jejeje bss
madre mia!!! hacia tiempo que no me reia tanto!!!!, seguro que no es ni la mitad de lo que cuentas, pero es que es como lo cuentas!!!!!!!
me hubiera gustado estar en casa y no en la oficina para poder reir tranquilamente.
Lo mejor; «osea mamá», no podia parar!!!
María eres estupenda, sigue así.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Bueno, supongo que ahora me entiendes algo, ¿no?. Lo de la plancha del pelo nosotras ya lo hemos pasado; ahora estamos en fase «espuma para rizármelo mamá, que me queda mejor y me ha dicho no sé quién que…». Lo de las pulseras prepárate, y respecto a las uñas, el otro día me enteré de que es que hasta existe un quitaesmalte especial para esos colores (lo trajo un día de casa de una amiga, y conmigo por ahora no más; pero no sabes el trabajito que me costó quitárselo). El «osea» por aquí como que no se lleva, pero vamos, que también podemos introducir otros vocablos variados. Y un consejillo: me estoy aprovechando de una amiguilla más pequeña. Les encanta estar juntas, y cuando lo están juegan a las cocinitas, a las muñecas etc, pero que no se entere ninguna amiga de mi hija, que la echan del grupo…
He empezado riéndome de la ocurrencia y de tu forma de reaccionar y descibirlo, pero he terminado llorando como una tontorrona con tu ultima frase… Supongo que las hormonas de mi tercer inesperado embarazo hacen de las suyas en estos casos.
Mi niña tiene 4 años… y ya hay veces que me dice: «mami, eso no me lo quiero poner, mejor esto otro» por l omenos, siempre queda dentro de lo que le he comprado yo, pero ese momento se me acerca a pasos agigantados!
Pero con esto… ¿quién creéis que se agarraba a mi brazo toda nerviosa cuando los malos perseguían a Mate? Sí, sí y sí: la niña de mis ojos.
LAGRIMON PURO!!
Cómo me he reido hoy, María eres sencillamente GENIAL!! Pero a las que vamos detrás (por ahora mi hija tiene 6 años) nos haces ver las orejas al lobo. Por favor!! no nos dejes nunca!!
Jajaja ¡genial el post¡, pues mi mayor (que tiene la misma edad que tu María) también ha pasado de ir conjuntadito con sus hermanas, a pedirme todo el día cosas de quicksilver y ese tipo de ropa…Y yo he tenido que adaptarme llevándole un poco más informal pero mono (ropa tipo metro kids company), de ropa surfera nada de nada…
Besos
milcosasmonas.blogspot.com
Maria buenas tardes yo creo que eres adivina, ayer por la mañana descubri esa marca en un pueblo cerca del mio lo tenian en una parafarmacia, me decidi a coger el nombre y digo voya investigar porque yo creo que de esto maria no ha hablado y le voy a dar un chivatazo para que hable, mira por donde abro hoy tu pagina y lo primerito min&me, te puedo decir que la vi de cerca porque entre a preguntar otra cosa, que madre miaes preciosa la combinacion de colores las telas de florecitas, es muy muy bonita, osea que mama Maria ya tienes la informacion. un saludito guapa
Gracias Jessica,
Desde min&me agradecemos tu comentario, y si, efectivamente nuestra ropita y complementos están en esa parafarmacia de Torrijos (Toledo), curioso verdad!!! De momento es el único punto de venta, nos hemos centrado en la venta on line. Por cierto, queremos adelantarte que a partir de la semna que viene, liquidamos la colección primaver-verano 2011 ¡DEBES PASARTE Y APROVECHAR ESTA OCASIÓN! Nuevamente gracias Jessica.
no gracias ha vosotros no se si a comprare algo para esta temporada porque estoy completita, pero si que te digo que estoy deseando ver ya la de invierno, por cierto los cestos de las mamas son preciosos, y si es muy original entrar en la parafarmacia y ver alli ropa, pero es que los tejidos dan una calidez y una sansacion de paz al lugar ademas de que la parafarmacia que yo no suelo entrar mucho ya que como dije ayer es de un pueblo al que vamos de compras que esta a 16 kilometros del mio, pero en alguna ocasion he entrado y tienen cositas tambien muy bonitas para los bebes ahora con vuestra ropa ya esta chapo
Lástima mis niños sean ya mayores, no me importaría tener un bebé cerca para poder vestilo con la ropita de Mind.
Estuve en marzo´11, en su presentación en el hotel Domeniko de Toledo, es perfecto, ropa cómoda, práctica, sencilla y elegante. Ya era hora que volvieramos a ver niños vestido de forma cómoda y elegante. Gracias a vosotras chicas habeis hecho un fantástico trabajo. ENHORABUENA Y SEGUIR ASI.
BESOS.
Aaaaaaay!!!! Creo que tu niña ha empezado la fase de transición!, esa tan dura en la que quiere decidir cómo vestir, qué ponerse y lo peor… ¡cómo combinarlo!!!… (directamente proporcional a todo lo contrario de como tu la vestirías)
La verdad es que mi pequeña solo tiene 2 añitos, pero ya temo ese momento… (aunque tú y yo, somos de «estilos diferentes» el trance será exactamente el mismo)
De todos modos, yo no le daría mucha importancia! en los campamentos siempre hay grupitos de niños «aburrancados», ejemplo a seguir, por supuesto, al parecer de nuestros hijos!, me pongo en tu lugar y aunque me fastidiaria de aquí a júpiter, en el fondo estas situaciones son la sal de la vida!!! las que recuerdas siempre y aunque en ese momento quieres que te trague la tierra, y luego no puedes evitar reirte de ellas!
En el fondo, yo creo que todas sabemos… que tarde o temprano tendremos que aceptar sus gustos y no los nuestros, ¿pero cuándo? las fases por las que pueden pasar son infinitas… y definitivamente… TERRIBLES!!!!
Por cierto!!!
El modelo Salvia y Lavanda… me encantan!!!
Un beso!