Look total by BBK

3 niños + 2 progenitores = 5; 5 personas x 2 pies = 10; 10 calcetines x 7 días = 70. Pues hay días en los que pienso que mi vida se reduce a emparejar calcetines. No quiero ni pensar cómo será en casa de mi amiga Ana que tiene 6 niños.

Hay otros días, sin embargo, en los que pienso que soy una chofer-madre y que solo sirvo para llevar a mis hijos de un sitio a otro, haciendo encaje de bolillos para que lleguen puntuales a sus actividades que, casualmente, empiezan todas a la misma hora y están, cada una, en una punta del planeta: el uno a baloncesto; el otro a un cumple al que le iba a llevar la mamá de un amigo que te llama en el último momento diciendo que ya no va al cumple porque le han llamado del cole para decirle que el niño tiene fiebre; entonces tú llamas a la mamá de la amiga de la niña, que siempre te hace el favor de llevar a tu hija a ballet, para decirle que aunque, por un día, tú te habías ofrecido a llevar a su hija ya no puedes hacerlo porque vuelves a no tener sitio en el coche; como ella es un encanto te dice que no te preocupes que ya las lleva ella a las dos lo cual te soluciona un problema pero hace que te vuelva el complejo de caradura que te habías quitado por un momento; vuelvo a tener un sitio en el coche así que llamo a la madre del otro amigo del peque que me había dicho si podía llevar al suyo al cumple y a la que yo había dicho que no porque me lo iba a llevar la otra madre… A las cinco y media están todos en su sitio y yo dispongo de veinte minutos para mí misma. ¡Qué suerte! No, mejor aprovecho y voy a Mercadona a comprar leche y algo de pescado para la cena… ¿A qué os suena? Lo dicho, somos las Mama-Móvil.

Ayer, en medio de esta vorágine, hubo un momento en el que coincidimos en el coche el Mindu, Tachenko y yo. Chárlabamos tranquilamente -o no tan tranquilamente- cuando, de repente, vimos salir de un coche a un joven de unos veinte años con una indumentaria que, podríamos afirmar, se sitúa en las antípodas del tipo de ropa de la que hablamos por aquí: vaquero tan estrecho que ahora dudo si era un pantalón en sí mismo o estaba pintado encima de la piel; camiseta azulona, ¡con lo que a mí me gusta ese color!,  sin mangas y tan ajustada a la piel como el pantalón; algún que otro tatuaje; pendientes a granel; pelo «a lo David Villa» como dirían mis hijos y; ojos pintados -al menos eso me pareció-. Divino.

En vez de mostrar el talante progresista, abierto y respetuoso del que tantas veces presumo, les dije a mis vástagos: «si un día os veo así, os desheredo» -una tontería porque se van a quedar igual con herencia que sin ella… a dos velas-.

Entonces Tachenko, ya os he comentado en alguna ocasión que él no habla, sienta cátedra, dice: «yo, cuando sea mayor, voy a ser civilizado».

«¿Qué es civilizado?» pregunta el Mindu -admiro sus ganas de aprender-. Y su hermano le explica, «pues que no dice palabrotas, estudia mucho y se viste como le gusta a mamá».  En ese momento no se me ocurrió -será porque estaba intentando disimular la risa y el orgullo de madre- pero se lo preguntaré mañana, ¿por qué esperar a ser mayor para ser civilizado?. Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

En fin, por si se le olvida hacerse civilizado cuando sea mayor, yo he sacado ya una cuantas copias de las fotos de los niños con el modelito que llevaron a la Comunión de su hermana, es decir, con su «look total» by Neck. Bueno, «look total» hasta la rodilla porque de ahí para abajo ya utilizamos otras marcas.

Y esta idea de los «looks totales» es la excusa que voy a utilizar para hablaros de la marca francesa que os presento hoy. Se llama BBK, tiene ropa para niños pequeños, algunos zapatos y, lo mejor, unos sombreritos que me han encantado y de los que también hay talla para nosotras. Es para pensárselo… Iba a poner más fotos pero estoy teniendo algunos problemillas, que se arreglarán, con las imágenees así que os dejo solo ésta + el enlace + mis mejores deseos para el fin de semana.

BBK

Casi se me olvida, en Neck ya empiezan los descuentos del 35% para los socios.