De compras. Primera parte.

Estoy reventadita. En un sprint que ha durado dos horas y media, desde que he salido del trabajo a las dos hasta que he ido a recoger a los niños a las cuatro y media, he conseguido reducir a casi la mitad la lista de cosas imprescindibles de la que os hablaba ayer. Ya tengo el polo marino y los pantalones, rojo y blanco, para Íñigo y el jersey azulón para el Mindu. El pantalón azulón está reservado, el jersey azulón de Íñigo, ahora os cuento, está en camino y el tema chaqueta de la niña también tiene visos de solución. Pues sí, estoy reventadita pero más contenta… Me faltan unos zapatos para los niños pero me lo voy a tomar con calma.

Hoy me decía mi amiga Ana que ha soñado con los dichosos jerseys azulones. Ya le he dicho que, por lo menos, ha dormido que yo llevo unos días que ni eso.

Lo de los jerseys, os lo puedo asegurar, ha sido terrible. Como último recurso he preguntado en un Mayoral que hay cerca de mi casa y hete aquí que tenían justo lo que busco: un jersey sencillo, de algodón y ¡azulón! Pero la felicidad no podía ser completa, solo había talla para el Mindu. He apretado el acelerador y me he ido hasta La Moraleja, concretamente a esa tienda que empieza por G y de la que no hablo por temor al encarcelamiento (ver una entrada que escribí hace mucho). He encontrado uno, se mata de color con el de Mayoral y es demasiado grande. Aun así lo he comprado, ¿por qué? Pues no tengo ni idea pero suelo hacer cosas de este tipo.

De todas formas, como no he quedado plenamente satisfecha con la adquisición y una vez en casa, he llamado a varias tiendas Mayoral para ver si tenían una talla grande y, en caso de que la tuvieran, ver si me la podían enviar. En varias tiendas me han dicho que no hacen envíos pero, por fin, la encantadora dueña de la franquicia de Collado Villalba me ha dicho que sí me lo envia. Así que el problema jerseys azulones parece resuelto. Ahora a esperar que haga fresquito porque todos los veranos compro jerseys y luego se quedan sin estrenar. Pero yo estoy tranquila pensando que si bajan las temperaturas mis niños no van a pasar frío y, encima, van a estar monísimos.

Para las que no sois de Madrid, os diré que algunas de las tiendas a las que he llamado están a más de sesenta kilómetros de donde vivo. Por eso pido que me lo envien. Algún día hablaremos de la diferencia entre ir de compras en una ciudad pequeña como Burgos e ir de compras en Madrid.

¡Ah! También he comprado un pantalón de chandal para la que un día fuera mi super-femenina hija y que ahora ha decidido que le encanta jugar al futbol. Es el segundo pantalón en una semana.

En el capítulo agradecimientos tengo que mencionar a Noelia de El Desván de Noelia pues me ha enviado unos pijamas monísimos y elegantisimos para lo niños. Ya le he dicho que los voy a guardar para cuando vaya de viaje a casa de mis suegros para que vean….